La batería LiFePO4 utiliza una química derivada de la tecnología Litio-Ion. Sin embargo, hay claras diferencias.
La química LFP presenta una durabilidad mayor que otras baterías de Ion de Litio.
Al igual que las baterías recargables basadas en Níquel, (diferenciándose de algunas baterías de iones de litio), las baterías LiFePO4 tienen un voltaje de descarga muy constante. Su voltaje se mantiene cerca de los 3,2 V durante la descarga hasta que la pila se vacía. Esto permite a la batería entregar virtualmente toda la energía hasta su descarga completa, mientras que la batería de plomo descargará aproximadamente hasta los 10,65 V cortando radicalmente el funcionamiento del instrumento electrónico en cuestión. Esto simplifica mucho o incluso elimina la necesidad de circuitería de regulación de voltaje.
Al dar una salida de 3,2 V nominal, se pueden conectar en serie cuatro celdas para un voltaje nominal de 12,8 V. Este voltaje se acerca mucho al voltaje nominal de una batería de plomo de seis celdas. Y, además de sus excelentes características en seguridad, esto convierte a la LFP como una buena alternativa para las baterías de plomo en sus muchas aplicaciones como vehículos y solar, siempre que que los sistemas de carga estén adaptados para no dañar las baterías LiFePO4 con voltajes excesivos de carga, compensación de voltaje a través de temperatura, trucos de balanceo o carga de mantenimiento continuo, propio de las baterías de plomo.
Las celdas LFP son balanceadas, al menos inicialmente antes de su ensamblaje, y gracias a su sistema de protección ninguna celda será descargada por debajo de los 2,0 V, de modo que se evitan, como ocurriría en la mayoría de los casos, daños internos.
La utilización de fosfatos evita el coste del cobalto y riesgos medioambientales, particularmente que éste termine en medio ambiente por ser inapropiadamente desechado.
El compuesto LiFePO4 presenta corrientes o potencias instantáneas más altas que el LiCoO2.
La densidad de energía (energía/volumen) de una batería LFP nueva es alrededor de un 30% más baja que la de una batería LiCoO2.
En contrapuesta a nuestros montajes de alta calidad, las baterías LFP de baja calidad de algunos fabricantes presentan menores ratios de descarga que las de plomo-ácido o incluso que las LiCoO2. Como el ratio de descarga es un porcentaje de la capacidad de la batería, se puede conseguir un mayor ratio de descarga utilizando una batería más grande, o con más celdas (más amperio-hora/amperios-hora) si es necesario utilizar pilas de poca capacidad.
En aplicaciones de movilidad y con dicho formato en 16,5 Ah/ C20, esta batería LFP desarrolla la misma duración que otra de plomo AGM/GEL con 22 Ah/ C20 debido a la relación de peso que se crea con el motor, disminuyendo el consumo generado sobre la misma y aumentando notablemente el tiempo útil de uso.
Las celdas LiFePO4 experimentan un ratio menor de pérdida de capacidad (más longevidad) que otras químicas como la LiCoO2 (cobalto), LiMn2O4 (litio-manganeso), LiPo (polímero de litio).Después de un año almacenadas, una celda LiFePO4 habitualmente tiene aproximadamente la misma densidad de energía que una celda de litio LiCoO2, por la menor degradación de la LFP. A partir de ahí, las LiFePO4 conservan una mayor densidad de energía.